En el instante, que mi alma mi cuerpo abandone,
después de ver mi vida pasar,
aceptando mis errores,
enfrentándome a mis temores.
En ese instante, el paisaje del cielo nacarado
atrapará tus alas de gaviota
tu vuelo azul marino
para estamparlo en estante de nubes-
Tras la luz volaré,
liviana como el aire,
feliz como la luna,
de la mano de un ángel,
que a tu lado me llevará.
Serás rayos de luz
jugando con el viento
meciendo tus pisadas
con mis manos
en la conjugación de las caricias.
En el mundo donde ahora estás,
en tu esencia me guardas,
paciente, mi llegada esperas,
deseando, de nuevo abrazarme,
juntos eternamente.
Laguna de perfumes
un oasis de luz nos ilumina,
mis pisadas esperan tu ternura
llamarada de besos iluminando
tu boca de cerezas.
En ese lugar,
nada nos va a separar,
cumpliendo aquella promesa,
a los pies de tu cama
el día de tu partida.
Este es el sitio
donde crece el amor y sus latidos
¿Recuerdas tu promesa al despedirnos?
Ahora solos tu y yo como el mar y la playa
en la repetición de la dulzura.
©Derechos reservados de Antonio Escobar Mendivez-Magda Lluna
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